tu
vientre despertó cuando era espuma
un
recuerdo dentro de la oscuridad
encerrada
aún en tu pecho
cogiendo
gemidos sordos
de
las paredes de un cuerpo marchito en desamor
gozo
es aquello que pinta de rojo
las
aguas brillantes de la calma
las
horas marean pesares desnudos
mueven
el frío a sus cumbres tan lejanas a nuestros abrazos
estamos
hartos de pétalos
el
hambre nos puede y nos convierte en caníbales
almas
perdidas pasto del fuego