operación frío


silencioso y matinal despierta
forjado por la fiesta ajena
de las visiones inusitadas
sumidas en curiosidad, envueltas en tibios susurros
de crepuscular envidia

figuras que rehuyen las manadas
el esplendor de los caimanes
tan hermosos y flotantes, hechos de esqueletos
señores antiguos, dueños de las baldosas de cada templo

deshojados, secos, rotos como tiestos en el suelo
las manos frías y quebradas
bajo cartones de ciudad con fachada

expulsados en hogares temporarios
en metamorfosis continua como molinos de deriva

oro en polvo que se pierde entre los dedos magnates
en un asilo mugriento y barato
pérdida, extensa prisionera
a la vez libre
a la vez breve