me alegra la pereza del silencio

el lugar perdido de mí mismo
que describe el inicio del tiempo
encontrando una a una las piedras del camino

el lugar obtuso
de un encierro resuelto
en dialéctica imposible

el lugar explicado
en un círculo superficial
donde la piel funciona como creadora
de un realismo en un guión ajeno

la última trascendencia explicada
por un volcán humeante, perdido en la lástima
como un gusano furioso, recorriendo un poema

una escalera hacia la exasperada infancia
exasperada siempre en un encuentro recibido en el umbral
en el margen de un terreno terrible

en una pared inerte
como aliado el miedo y la ira pretendida
una distraída y lenta santidad
un malvado semblante culpable de amores