colocadas en caos declarado


pequeñas piezas de espasmo
después de un ocaso intenso

galopantes exequias, imperturbables
pretéritas ventanas que vomitan sus miradas
milagros que traman vergüenza

consumada tristeza derrumbada en afanes
de intromisión vencida
de presunto encuentro

empeorado latido
hilvanado de desánimo provocado
por el sencillo regreso
de un incólume vestigio