el humo de cualquier parte te trae recuerdos
el olor de los viejos cuentos
enmohecidos en un desván
las marcas en una puerta
de un niño que crecía sin parar
sus zapatos gastados
en el trastero abandonados
restos de juguetes
en cajones sin abrir
ahora el silencio de los parques
la arena ausente de los bolsillos
corriendo por las perneras
un vaso de agua al volver a casa
el afán incansable de jugar
la ilusión inacabable
que te llenaba el pecho a reventar
correr sin que te dieran por loco
cuando el cansancio era sólo un momento
caer sin miedo a romperse
tan sólo costras feas
comer con todo el hambre del mundo
miedo a más cosas que ahora
lo misterioso como parte de lo cotidiano
tesoros encontrados en el suelo
usar las rodillas y los codos
no sólo pies y manos
dormir del cansancio como un pequeño monarca
un eterno presente que no pasaba
que ahora es una fotografía
y vuelve con el humo
