un alambre de instante que nadie espera
el doble grito afónico de la culpa
tiempo resumido en un paisaje
que aborda retinas cansadas de pánico
manos con hambre, trémulas y frías
hierro fundido por máquinas sin arte
salpica nuestras caras heridas
las miradas se hacen ceniza
dejan de suceder las vidas pasadas
cayendo en el barro
que pisarán reses pasajeras