la vida nos llena de sentencias
hasta que llegamos a la situación más desaflorada
una manera de arrodillarse libre de brillo
jugando como nosotros
sin puertas al perdón,
un pasillo a la morgue del ánimo
nos lleva de la mano de lo manifiesto
con los ojos apagados por una luz imbatible
un romanticismo pisoteado
resiste con astucia en la lona
la vieja vagancia que es sentir el calor
mientras la cólera convierte en atmosfera
todo error cometido
no es una sospecha occidental
es todo un reclamo de guerra
infinito enfado interno de cuerpo y certeza
es desagrado en la sangre y los pies
una inquietud penosa que se atisba