la
contemplación de las ecuaciones a plena luz
así
no se puede conspirar, todos
te ven
y
todos tenemos nombre en la era anónima
ahí
es donde los problemas nos derogan
con
el sueño desplazado
y la
letra rebelde
sonriendo
brutalmente
con
un heroísmo culpable
sobre
el que caen los escombros del presente