aún así no hay nada más letal
que el recuerdo
después del
malentendido solar
las manos pegadas a la cara
con tristeza derramada como cera caliente
un poco de nada
para engañarnos
y un lápiz para escribir una nota de despedida
o una especie de carta
repitiendo lo mismo una y otra vez
si tienes
cristales en las tripas
es por ser incapaz de amar
no me puedo ni
mover
duele tanto que renuncio
va a ser peor digerir que abrirme en canal
y sacar el dolor con las manos
alrededor habla lo
nocturno
me pitan los oídos
y no sé qué hacer mañana
porque nunca fue un problema
hasta hoy
renuncié a los
golpes
y me voy a quedar abandonado como un mueble
acogeré al polvo,
quizá a las polillas
comprenderé el aburrimiento de las pelusas
recorrerán la ausencia más rápido que yo
duele la pena como nunca más tarde