el rostro de la aurora


hubo discípulos que no entendieron nada de nada
un tiempo agregado de dudas
que amigablemente nos trajo hasta aquí

un paisaje evidentemente desgarrador
crudo como la sangre
el pecho abierto en canal
y una ingrata sensación de inmadurez, de incapacidad
el rostro de la aurora

nos estamos acostumbrando a perder

nos estamos acostumbrando al horror



Foto: Museo Nacional Reina Sofía