capaz de malentender de rodillas
hablando mientras chirría el discurso
embarrado y estropeado sin hermosura
una imaginación con olor a quemado
llena de manchas el lugar
bromeando como alfileres por el suelo
un amor inesperadamente pobre y canalla
de golpe arruinado por el enojo
obligados como muñecos de desprecio
con un perdón trasladado a otra vida
una traición a los días buenos
que quedan enterrados al fondo
cuando una surrealidad brusca
trae de nuevo los abrazos
y el temblar besando