compartir las bocas frescas como monjas jóvenes


sobreviviente de trampas doradas
de obscenidades excesivas para los mártires

las escaleras recorridas con la cuidadosa caída
de un obispo envenenado

compartir las bocas frescas
como monjas jóvenes

el sacrilegio perpetrado
tras arrancarse los clavos del sexo
y escupir a la cara del mismísimo Judas
que está inscrito en el espejo

meter la mano entera en la llaga
hasta tocar la pared de una ermita