un
poseso afanado en el mar
un
labriego trashumante de la noche impedida
el
ojo abierto a las impresiones
las
tardes opíparas con los guantes gastados en las manos
todos
los días de la semana maltrechos como inquilinos de cartón
la
difteria se asfixia en una época
donde las chimeneas se insinúan a través de la cábala
donde las chimeneas se insinúan a través de la cábala
los
humos se retuercen y se llevan el virtuoso veneno
como llamas
de atención heterogénea
la
ambición se arrastra contigo
hasta la meningitis de la metáfora enferma
hasta la meningitis de la metáfora enferma
bastarían
los cauces de una magia
que
levita como las piedras lanzadas en Jerusalén