alcanzarte el alma por dentro


la fuerza de tus muslos apretando mi cabeza
las piernas tan largas aún coronadas de zapatos
que brillan en la penumbra

mis manos enterradas en tus caderas
arrastrándote todo lo larga que eres
por el territorio de la cama

el olor de la savia
mi mirada clavada en el ombligo lineal
que se retuerce de un lado a otro con fuerza
detrás de mi cabeza perdida

entonces saco fuerzas para separar las rodillas
adelantarme hasta la cara y tomarla

con un sólo brazo, el talle
y sólo queda alcanzarte el alma por dentro